Este es el escenario, tu bebé ha estado durmiendo por las noches plácidamente y las siestas las
hace de forma rutinaria, a sus horas siempre, le platicas a todas tus amigas sobre lo “bueno” que
es tu hijo para dormir, estas descansada, de buen humor, incluso cantas y bailas durante el día en
señal de triunfo. Y de repente empiezas a notar que le cuesta mucho trabajo dormir, y tarda en
caer en sueño, algunos días llora desesperado y otros simplemente quiere estar jugando o
solicitando atención. Este es el momento donde la angustia y el cansancio se apoderan de ti y el
miedo a que esto sea para siempre está siempre latente.
¡Tranquila, te quiero dar paz! Es muy probable que tu hijo se encuentre en una de las famosas
REGRESIONES DE SUEÑO, quizás nunca has escuchado o leído sobre esto y te confundas un poco,
pero te explico.
Se dice que un bebé está transitando por una etapa de regresión de sueño cuando después de
estar durmiendo de forma adecuada, súbitamente empieza a tener problemas para conciliar el
sueño. Estas regresiones se pueden presentar varias veces durante los primeros dos años de vida,
pero es en el primer año donde pueden ser más recurrentes y es que van muy ligadas a los hitos
del desarrollo.
Tratemos de imaginar todo el trabajo que realiza el cerebro de un bebé para poder lograr algo que
para nosotros es automático como sería sentarse o pararse, gatear o arrastrarse, estas acciones
representan un montón de trabajo, pero es tan inmaduro su sistema neurológico que no puede
hacer todo al mismo tiempo de forma adecuada, así que en lo que estabiliza muy bien su hito de
desarrollo puede presentar alguna alteración en el sueño.
Existen otras situaciones que pueden poner a tu bebé a dormir mal como es la dentición, alguna
enfermedad, el calor extremo de la habitación, o situaciones de estrés familiares.
Las edades donde típicamente se dan las regresiones son: 4 meses, 8-9 meses, a los 12 meses y
alrededor de los 18 meses. Sin embargo, todo va de la mano del desarrollo por lo que la edad de
presentación puede variar.
Un consejo que te doy es que seas paciente porque tu bebé necesita un apapacho más durante
estas etapas, y también siéntete tranquila porque esto pasa, no es para siempre y piensa que el
cerebro de tu bebé está evolucionando a la madurez.
Gracias por leerme!
Gracias por leerme.
Dra. Berenice Rodríguez
Pediatra Neonatóloga
Asesora de sueño infantil